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dissabte, de juliol 28, 2007

Inteligència, global - local, confiança

Aquests són els valors de la generació d'internet. Estan heredant cert valors de l'ètica del hacker.

Via Oriol descobreixo això:

Casi Seguro — La generación internet: ¿hacia un mundo mejor?:

"1. Brains over looks: when asked to choose whether they want to be smarter or better looking, 69% of the world’s N-Geners choose being smarter.

2. Global over local: 56% of the world’s online youth would prefer to make the world a better place than to improve their local community.

3. Trust as a value: About three-quarters of all respondents said that if a firm made untrue promises in its advertising, they would tell their friends not to buy from that company."

dimarts, de juliol 17, 2007

El paper de la publicitat en la societat xarxa i la ment global

Si durant els anys 80 i 90 quan la tecnologia encara no s'havia sofisticat i democratitzat tant com s'està fent amb l'anomenada web 2.0 ja es parlava de la societat de la ment, la societat xarxa, el cervell global i el suprasistema social, com una forma de relació de les persones i de marcar posicionament dins la societat en funció de la seva aportació al sitema en termes de coneixement (producció) o contactes (commutació), consciencia i el repenasmanet "del jo" (self), ja es hora que les empreses i les marques es demanin com es poden posicionar en aquest nou context (independentment de si coexisteixen o no en la societat industrial seguint amb les seves normes se comunicació de masses). Es tracta d'un context on els paradigmes clàssics de la comunicació de la societat industrial no funcionen. Llavors és hora de repensar quins són els mecanismes que fan que les marques siguin considerades pels potencials consumidors.

MUDS, identitat, sers socials, la societat de la ment

En definitiva, tot té relació:

TURKLE, Sherry (1997), La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de Internet, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona

"p. 25

En los MUD, uno puede ser mucha gente y mucha gente puede ser uno

p. 36

Repensar la identidad humana y de la máquina no tiene lugar sólo entre los filósofos sino “en el terreno”, a través de una filosofía de la vida de cada día que en cierta medida provocó y fue consecuencia de la presencia del ordenador.

Las pantallas del ordenador son el nuevo lugar para nuestras fantasías, tanto eróticas como intelectuales. Utilizamos la vida en nuestras pantalla de ordenador para sentirnos cómodos con las nuevas maneras de pensar sobre la evolución, las relaciones, la sexualidad la política y la identidad

p. 55-56

En 1984, la novela de William Gibson, Neuromante celebraba su aproximación a los magníficos nuevos mundos informaticos. Neuromante representó un distintivo cultural. En la imaginación popular representaba las satisfacciones de navegar por el espacio de la simulación. Su héroe hacker futurista se movía a través de una matriz que representaba conexiones entres institucionessociales, comerciales y políticas. El héroe de Neuromancer ansiaba habitar completamente, incluso integrarse, en las formad e vida digitales. Era un virtuoso, un cowboy dels espacio de la información, y por consiguiente para muchos posmodernos el hombre prototípico.

Gibson llamó a este espacio de la información ciberespacio, haciendo referencia al espacio que existe dentro de un ordenador o matriz ae ordenadores.

p. 64

Frederic Jameso escribió en un mundo posmoderno, el sujeto no está alineado sino fragmentado. Explicó que la noción de alienación presume un yo centralizado y unitario que se puede perder para sí mismo. Pero, visto como un posmoderno, el yo es descentralizado y múltiple, el concepto de alienación se desmorona. Todo lo que queda es una ansiedad de identidad. La cultura del ordenador personal empieza con pequeñas máquinas que capturaron una visión utópica posterior a los años sesenta de la comprensión transparente. En la actualidad, los objetos más persuasivos de la cultura del ordenador personal proporcionan a las personas una manera de pensar concretamente sobre la crisis de la identidad. En la simulación, la identidad puede ser fluida y múltiple, un significante ya no señala con claridad a una cosa que se significa, y es menos posible que la comprensión continúe a través del análisis que a través de la navegación por el espacio virtual.

p. 87

Para la mayoría de jugadores los videojuegos comportan ideas sobre un mundo que no analizamos tanto como habitamos.

p. 90.

En los videojuegos pronto comprendes que para aprender a jugar tienes que jugar para aprender. No te aprendes primero un libro de instrucciones o sigues las normas al pie de la letra.

p. 129-130

Somos seres sociales que buscamos la comunicación con los otros. También somos seres solitarios. A pesar del miedo de reducir nuestra humanidad esencial a través de la comparación con la máquina, empezamos a relacionarnos con el ordenador en cualquier lugar en el que parezca que va a ofrecernos cierta compañía.

p. 174- 175

En su libro de 1985 The Society of Mind, Minsky describe un sistema emergente, un mundo interior de agentes altamente antropomorfizados, en el que cada agente tiene un punto de vista limitado. La complejidad del comportamiento, la emoción y el pensamiento emerge de la interacción de sus visiones opuestas, desde sus interacciones y negociaciones. La teoría de Minsky de la sociedad difiere del conexionismo en que implica un alto grado de programación de los agentes internos. Sin embargo, se podría ver como una variante de la teoría emergente porque en ella la inteligencia no proviene de reglas programadas sino que emerge de las asociaciones y conexiones de los objetos dentro de un sistema."

dimarts, de juliol 10, 2007

Evolució del "jo" psicologia descentrada

Tota aquesta parrafada que copiï aquí del llibre de Turkle m'interessa per dos motius:

  • Assumir que les persones tenen un "jo" fragmentat, distribuït, flexible, format per diferents rols en funció dels moments i dels contexts, pot fer repensar els públics objectius de la comunicació. Ja no s'ha de pensar amb p. ex. persona de nivell cultural alt i ingressos econòmics mitjos. Es podria pensar en terme de, pare de família amb complexa de Peter Pan que de vuit a tres va amb corbata i engomitat, a l'estiu amb xancletes i capell de paumes a les nits es converteix en un cyborg macarrilla i els caps de setmanes amb un jardiner de cactus. Ale, com li vens un pla de pensions en aquest tipo?
  • Per com les institucions han de repensar la filosofia i la cultura de les seves organitzacions i les accions de motivació dels seus treballadors, juntament amb les estratègies de comunicació interna, tenint en compte els "jos" dels seus treballadors, si seria probable que alguns coincidissin o no.
TURKLE, Sherry (1997), La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de Internet, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona

"La IA emergente depende de la forma en que las interacciones locales entre los componentes descentralizados pueden conducir a estructuras globales. Lo mismo ocurre en el funcionamiento de las colonias de hormigas y el sistema inmunológico, las acumulaciones de coches en un atasco de tráfico y el movimiento de una bandada de pájaros. El resultado es una danza perfectamente coordinada y elegante. Mitchel Resnick, un investigador en educación del MIT, ha apreciado el nuevo interés en dichos modelos emergentes. Lo llama “la disposición mental descentralizada”.

Los modelos descentralizados han aparecido en matemáticas, ecología, biología, ciencias políticas, medicina y psicología. En la última teoría psicoanalítica han sido un actor importante en el desarrollo de visiones descentralizadas o descentradas del yo.

La primera teoría psicoanalítica se construyó en torno a la idea de impulso: una demanda centralizada generada por el cuerpo y que proporcionaba la energía y las metas para toda actividad mental. Aunque posteriormente, cuando Freud volvió su atención a las relaciones del ego con el mundo exterior, empezó a describir un proceso a través del cual internalizamos las personas importantes en nuestras vidas para formar objetos internos. Freud propuso este tipo de proceso como el mecansimo para el desarrollo del superego, lo que la mayoría de personas consideran como conciencia. El superego estaba formado por la asmilación, o la proyección interna, del progenitor ideal.

p. 176 - 179

En la obra de Freud, el concepto de objetos internos coexistía con la teoría del impulso; internalizamos objetos porque nuestros instintos nos impelen a hacerlo. Pero muchos teóricos que siguieron a Freud estaban menos comprometidos con la noción de impulso que con la idea de que la mente estaba construida de objetos internos, cada uno con su propia historia. Mientras Freud había centrado su atención en un único objeto internalizado – el superego – un grupo de psicoanalistas posteriores a Freud, conocidos colectivamente como los teóricos de los objetos relacionales, ampliaron el panorama del estudio de las personas y las cosas que cada uno de nosotros es capaz de llevar en el interior. Describieron la mente como una sociedad de agentes internos – “organizaciones inconscientes del ego capaces de engendrar significado y experiencia, capaces de pensar, sentir y percibir”. En el trabajo de la psicoanalista Melanie Klein, estos agenes internos los podemos ver afectuosos, detestables, codiciosos o envidioso. El psicoanalista W.R.D. Fairbairn imaginó acciones independientes dentro de la mente que piensan, desean y generan significado en interacción unas con otras. Lo que pensamos del yo emerge de sus negociaciones e interacciones.

De esta manera, mientras Freud creía que unas pocas estructuras internas potentes como el superego actúan sobre los recuerdos, pensamientos y deseos, en la teoría de los objetos relacionales el yo se convierte en un sistema dinámico en el que la distinción entre el procesador y lo procesado se disuelve. La escuela francesa de teoría psicoanalítica inspirada por Jacques Lacan, todavía fue más lejos. Lacan veía la idea de un ego centralizado como una ilusión. Para él, el sentido de un ego emerge únicamente de las cadenas de asociaciones lingüísticas que no alcanzan el punto final. No existe un yo central. Lo que experimentamos como “yo” se puede comparar con algo que creamos con humos y espejos.

El paralelismo entre el desarrolllo histórico del psicoanálisis y el desarrollo histórico de la inteligencia artificial es sorprendente. En ambos campos ha existido un movimiento de alejamiento de un modelo en el cual actúan unas pocas estructuras en una sustancia más bien pasiva. El psicoanálisis empezó con el impulso y la inteligencia artificial empezó con la lógica. Ambos se trasladaron de un modelo de mente centralizado a otro descentralizado. Ambos avanzaron hacia una teoría basada en los objetos y la emergencia. Ambos empezaron con una estética de la comprensión modernista. Ambos evolucionaron en direcciones que están cerca de romper con la idea de que la comprensión modernista es posible. En el caso del psicoanálisis que evolucionó como una de las grandes metanarrativas del modernismo, se ha visto sustancialmente debilitado en su centralidad modernista tanto por los objetos relacionales como por las tradiciones lacanianas. El psicoanálisis es un discurso superviviente, que encuentra una voz tanto en los tiempos modernistas como en los posmodernistas. La IA también podría ser este discurso superviviente.

Los psicoanalistas fueron casi universalmente hostiles a la IA del procesamiento de la información, porque encontraron reducida la búsqueda freudiana de significado a una búsqueda del mecanismo, como, por ejemplo, cuando los investigadores en IA y los estudiantes en ciencia informática reinterpretarían las equivocaciones freudianas como errores en el procesamiento de la información. Aunque los psicoanalsistas han mostrado un interés considerable en la IA emergente.

Consideremos las imágenes de Minsky en The Society of Mind. (…) Lo que Minsky tiene en mente no son las meras subrutinas computacionales sino una sociedad de submentes que colaboren para producir un comportamiento complejo. El tipo de emergencia implícita en el modelo de sociedad de Minsky tiene una afinidad natural con el psicoanálisis de los objetos relacionales. Es más, el lenguaje de conexionismo de los enlaces y asociaciones evoca las teorías radicalmente descentradas de Lacan y es atractivo para los analistas ansiosos de reconciliar las ideas freudianas con la neurología.

Un artículo de 1992 del psicoanalista David Olds trata explícitamente de convencer a los psicoanalistas para que incorporen a la visión conexionista de la mente. Olds argumenta que los psicoanalistas necesitan la teoría conexionista porque les presenta con un enlace plausible con la biología; los analistas pueden utilizar sus modelos para proporcionar una visión del ego en términos cerebrales. El conexionismo también puede ayudar al psicoanálisis a minar las visiones centralizadas y unitarias del ego y dar soporte a la noción de un yo descentrado. Históricamente las teorías sobre un yo descentrado han necesitado de ayuda.

La noción de Freud del inconsciente ha cuestionado la idea de un yo unitario como actor y agente. No sabemos lo que queremos, decía Freud. Nuestros deseos se esconden de nosotros mismos a través de procesos complejos de censura y represión. A pesar del descentramiento del yo que llevó a cabo Freud, algunos de los teóricos que lo siguieron, colectivamente conocidos como psicólogos del ego, perseguían la restauración de su autoridad central. Lo hicieron al enfatizar al ego como una plataforma estable y objetiva desde la que mirar el mundo.. Empezaron viendo al ego capaz de integrar la psique. Para los psiconalistas Anna Freud y Heinz Harmann, el ego parecía casi un héroe psíquico, batallando contra el ello y el superego al mismo tiempo como si tratara de hacer frente a las demandas del mundo externo. Anna Freud escribió sobre la poderosa artillería del ego, sus “mecanismos de defensa” y Hartmann argumentó que el ego tenía un aspecto que no estaba ligado a los conflictos neuróticos individuales; tenía una zona libre de conflicto. Este aspecto libre de trabas del ego tenía la libertad de actuar y elegir, independiente de limitaciones. El concepto de Hartmann de una zona libre de conflicto era prácticamente el lugar de una noción renacida de la voluntad, el lugar de una responsabilidad moral. El historiador intelectual Russell Jacoby, al escribir sobre la psicología del ego, la describía como el “olvido del psicoanálisis”.

Para Olds, el connexionismo reta a la psicología del ego ofreciendo una manera de ver éste no como una autoridad central sino como un sistema emergente. A través de una lente conexionista, dice Olds, el ego se puede reconfigurar como un sistema distribuido. La conciencia se puede ver como un mecanismo técnico a través del cual el cerebro representa sus propios funcionamientos. Olds lo compara al “monitor del ordenador”, poniendo de relieve su cualidad pasiva. Incluso la práctica clínica se puede interpretar en el lenguaje conexionita: las interpretaciones que un analista realiza durante una sesión de tratamiento funcionan cuando corresponden al “registro cerebral muy usado. Es decir, un conjunto de conexiones entre redes que generan una estructura repetitiva de respuesta y conducta”.

Olds reconoce que la comprensión real del conexionismo requiere de “una sofisticación matemática considerable”.

(…)

Como Olds señala, a pesar de que la teoría de las redes neuronales podría ser técnicamente difícil, es metafóricamente evocadora, presentando los procesos de la máquina como el tipo de cosas que suceden en el cerebro.

p. 200

Los ordenadores personales han posibilitado una democratización radical del descubrimiento.

p. 226 - 227

Al mismo tiempo que aprendemos a vernos como tecnocuerpos conectados, reescribimos nuestra vida política y económica en un lenguaje que se hace eco de una forma particular de la inteligencia de la máquina. En el gobierno, los negocios y la industria, se habla mucho de organizaciones distribuidas, en paralelo y emergentes, cuya arquitectura refleja la de los sistemas informáticos. El discurso utópico sobre la descentralización se ha puesto en voga al mismo tiempo que aumenta la fragmentación de la sociedad. Muchas de las instituciones que solían reunir a personas ya no funcionan como antes. Muchas personas pasan la mayor parte del día solas ante la pantalla de un televisor o un ordenador, Mientras tanto, como seres sociales que somos, tratamos (como dijo Marshall Mcluhan) de retribalizarnos. Y el ordenador juega un rol central. Guardamos correspondencia por correo electrónico y contribuimos a paneles de anuncios y listas de correos; entramos a formar parte de grupos cuyos participantes incluyen personas de todo el mundo. Nuestro arraigo a un lugar se ha atenuado Estos cambios levantan muchas preguntas: ¿qué comportará la comunicación mediada para nuestro compromiso con otras personas? ¿ Satisfará nuestras necesidades de conexión y participación social, o minará aún más las relaciones frágiles? ¿Qué clase de responsabilidad asumiremos para nuestras acciones virtuales?

En términos políticos, hablar de movernos de sistemas centralizados a sistemas descentralizados se caracteriza normalmente como un cambio de la autocracia a la democracia, aunque es preciso hacer algunas consideraciones. Por ejemplo, sería posible crear una ilusión de participación descentralizada incluso cuando el poder permanece firmemente arraigado. En términos de nuestras visiones del yo, nuevas imágenes de multiplicidad, heterogeneidad, flexibilidad y fragmentación dominan el pensamiento actual sobre la identidad humana.

La teoría psicoanalítica ha jugado un complicado rol en el debate histórico sobre si la identidad es unitaria o múltiple. Una de las contribuciones más revolucionarias de Freud proponía una visión radicalmente descentrada del self (yo), pero algunos de sus seguidores oscurecieron este mensaje, tendieron a dar al ego una mayor autoridad ejecutiva en la dirección del yo. Sin embargo, este movimiento descentralizador se desafió periódicamente desde dentro del movimiento psicoanalítico. Las ideas junguianas planteaban que el yo es un lugar de encuentro de diversos arquetipos. La teoría sobre la relación objetual hablaba sobre la forma en que las cosas y las personas en el mundo llegan a vivir en nuestro interior. Más recientemente, los pensadores posestructuralistas han intentado un descentramiento del ego todavía más radical. En la obra de Jacques Lacan, por ejemplo, las complejas cadenas de asociaciones que constituyen el significado para cada individuo no conducen a un punto final o a un yo esencial. Bajo la bandera de un retorno a Freud, Lacan insistía en que el ego es una ilusión. En este punto junta el psicoanálisis con el intento posmoderno de retratar el yo como un reino de discurso más que como algo real o como una estructura permanente de la mente. (…) Sus modelos de mente de abajo hacia arriba, distribuidos, paralelos y emergentes han reemplazado los modelos de arriba hacia abajo, y de procesamiento de la información.

Internet es otro elemento de la cultura informática que ha contribuido a pensar en la identidad en términos de multiplicidad. En Internet las personas son capaces de construir un yo al merodear por muchos yos.

p. 228 – 229

En el pasado, este rápido merodear por diferentes identidades no era una experiencia sencilla de conseguir. A principios de este siglo hablábamos de identidad como algo forjado. La metáfora de equiparar la identidad a la solidez del hierro captaba el valor central de una identidad nuclear, o como la llamó en una ocasión el sociólogo David Riesman una dirección interna. Por supuesto, las personas asumían roles y máscaras sociales diferentes, pero para la mayoría de personas la relación de por vida con la familia y la comunidad mantenía este merodear bajo un control bastante estricto. Para algunos, este podía ser una forma de vida. En las sociedades tribales, el merodear del chamán podría implicar estar poseído por los dioses y los espíritus. En los tiempos modernos, existió el artista del timo, el bígamo, el del cruce de géneros, la “personalidad dividida”, el doctor Jekyll y mister Hyde.

Ahora, en los tiempos posmodernos, las identidades múltiples ya no están en los márgenes de las cosas. Hay muchas más personas que experimentan la identidad como un conjunto de roles que se pueden mezclar y combinar, cuyas demandas diversas necesitan ser negociadas. Una amplia gama de teóricos sociales y psicólogicos han tratado de captar la nueva experiencia de identidad. Robert Jay Lifton la ha llamado proteica. Kenneth Gergen describe su multiplicación de máscaras como un yo saturado. Emily Martin habla del yo flexible como una virtud contemporánea de organismos, personas y organizaciones.

Internet se ha convertido en un significativo laboratorio social para la experimentación con las construcciones y reconstrucciones del yo que caracterizan la vida posmoderna. En su realidad virtual nos autocreamos. ¿Qué tipos de personajes interpretamos? ¿Qué relaciones tienen con lo que tradicionalmente hemos pensado como la persona “global”? ¿Los experimentamos como un yo ampliado o como separados del yo? ¿Aprenden nustros yos reales de nuestros personajes virtuales? ¿Estos personajes virtuales son fragmentos de una personalidad coherente de la vida real? ¿Cómo se comunican entre ellos? ¿Por qué estamos haciendo esto? ¿Es un juego superficial, una pérdida de tiempo supina? ¿Es una expresión de una crisis de identidad como la que tradicionalmente asociamos con la adolescencia? ¿O estamos viendo la lenta emergencia de un estilo de pensamiento sobre la mente nuevo, más múltiple? Podemos plantear estas preguntas cuando vemos los distintos espacios de Internet.
"

diumenge, de juliol 08, 2007

MUDS

Ara que SecondLife s'ha posat o segueix tan de moda, sobretot aparentment mediàtica, que fins i tot Mexico ofereix tours virtuals per La Reforma de DF (es convertirà en un paradigma de turisme virtual?), potser estaria bé fer algun tipus de memòria sobre els MUDS.

TURKLE, Sherry (1997), La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de Internet, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona

P. 234

Aunque los MUD no son los únicos lugares en Internet en los que se puede jugar con la identidad, proporcionan una oportunidad sin parangón para dicho juego. En un MUD podemos llegar a construir realmente el carácter y el entorno y por tanto vivir dentro de la situación de juego. Un MUD se puede convertir en un contexto para descubrir quiénes somos y qué deseamos ser. De esta manera, los juegos son los laboratorios para la construcción de la identidad, una idea que este jugador ha captado bien:

Puedes ser quien quieras ser. Te puedes redefinir completamente a ti mismo si quieres. Puedes ser del sexo opuesto. Puedes ser más extrovertido. Puedes ser menos extrovertido. Lo que sea. Puedes ser simplemente quien quieras, realmente, quien tengas capacidad de ser. No tienes que preocupar mucho por los estereotipos que las otras personas te colocan. Es fácil cambiar la forma en que la gente te percibe, porque todo lo que tienen es lo que tú les muestras. No miran a tu cuerpo y hacen asunciones. No oyen tu acento y hacen asunciones. Todo lo que ven son tus palabras. Y siempre está ahí; veinteicuatro horas al día puedes girar la esquina de la calle y, si has encontrado el MUD adecuado para ti, habrá unas cuantas personas que estén interesadas en hablar.

p. 235 – 236

Los MUD implican diferencia, multiplicidad, hetereogeneidad y fragmentación. Dicha experiencia de identidad contradice la raíz latina de la palabra idem, que significa lo mismo. Pero esta contradicción define cada vez más las condiciones de nuestras vidas más allá del mundo virtual. Los MUD, de esta manera se convierten en objetos de pensamiento para pensar en nuestros yos posmodernos. Es más, el desarrollo de la acción de un MUD tiene lugar en un contexto resueltamente posmoderno. Existen narrativas paralelas en las distintas habitaciones de un MUD. Las culturas Tolkien, Gibson y Madonna coexisten e interactúan. En tanto que los MUD tienen la autoría de sus jugadores, miles de personas en todos, a menudo cientos a un mismo tiempo, están conectadas desde distintos lugares; el autor solitario se ha desplazado y distribuido. Las ideas tradicionales sobre la identidad se han ligado a una noción de autenticidad que estas experiencias virtuales subvierten activamente. Cuando cada jugador puede crear muchos personajes y participar en muchos juegos, el yo no sólo se ha descentrado, sino que se ha multiplicado sin límite.

A veces estas experiencias pueden facilitar el autoconocimiento y el crecimiento personal, y a veces no . Los MUD pueden ser lugares en los que la gente florece o lugares en los que quedan atrapados, pillados en mundos autocontingentes en los que las cosas son más simples que en la vida real, y donde, si todo lo demás falla, puedes retirar tu personaje y empezar simplemente una nueva vida con otro.

Como una nueva experiencia social, los MUD plantean muchas cuestiones psicológicas: si un personaje en un juego de rol pierde defensas que el jugador en la vida real ha sido incapaz de abandonar, ¿qué efecto tiene esto? ¿Qué ocurre si un personaje disfruta del éxito en algún área (por ejemplo, flirtear) que el jugador no ha sido capaz de lograr en la vida real? (…) Pero pronto nos encontraremos con desplazamientos, lugares en los que los múltiples personajes y el yo se funden, lugares en los que los múltiples personajes se reúnen para formar lo que el individuo piensa que es su auténtico yo.

P. 310

Las personas que piensan en el mundo en términos burocráticos juegan con las formas en que las comunidades electrónicas minan las formas tradicionales de organización y estatus. Estas reflexiones ya no están restringidas a los profesionales de la teoría social. El número de agosto de 1995 de NetGuide, una revista mensual escrita para usuarios que se están iniciando en Internet, lleva este titular en portada: “Toma partido: crea tu propio servicio online” (Daniel Akst y James Weissman, “At Your Service” NetGuide, agosto de 195, págs. 35-38).

p. 312

Tales consideraciones sobre el poder, el discurso y la dominación han sido competencia de los teóricos sociales. La experiencia de Internet, el más efímero de los objetos, ha hecho que estas consideraciones sean más concretas. Por supuesto, las personas han sabido durante décadas que cada vez que hacen un pedido desde un catálogo de ventas por correo o contribuyen a una causa política, añaden información a una base de datos. Los nuevos catálogos y las nuevas peticiones para contribuciones políticas son cada vez más adecuados al perfil de los personajes electrónicos que han creado a través de sus transacciones. Pero las personas están aisladas en sus reflexiones sobre sus personajes electrónicos. En Internet, es más probable encontrar una voz colectiva para estas cuestiones.

p. 313

En cuanto a las personas que continúan relaciones a través de cartas, no nos preocupa si están abandonando sus vidas reales. Las relaciones vía correspondencia parecen románticas a la gente a la que el MUDding les parece vagamente desagradable. Algunos ven la escritura de cartas como un paso hacia la presencia física más que como una alternativa de la misma. Algunos imaginan a los que escriben cartas hablando desde su propia voz en lugar de interpretando papeles. Pero ninguna de estas ideas sobre la escritura de cartas es necesariamente verdadera, ni ninguan es falsa sobre el MUDding. En los MUD es difícil no interpretar algún aspecto de uno mismo y los encuentros virtuales a menudo llevan a los encuentros físicos. (…) En un grupo electrónico de discusión sobre la comunidad virtual, Barry Kort, uno de los fundadores de un MUD para niños, argumentaba en un sentido parecido: “No creo que nadie dijera que Sócrates, Platón y Aristóteles fueran adictos al ágora. Las redes informáticas son el ágora moderna, llevando a cabo un papel similar al hablar por la radio o la prensa amarilla, pero con mayor participación, menos sensacionalismo y mayor reflexión entre las observaciones”.

dimecres, de juliol 04, 2007

Identidad y multiplicidad

TURKLE, Sherry (1997), La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de Internet, Ediciones Paidós Ibérica, Barcelona

página 324 - 325

"(...)
Sin un principio de coherencia, el yo crea derivados en todas las direcciones. La multiplicidad no es viable si significa intercambiarse personalidades qeu no pueden comunicar. La multiplicidad no es aceptable si significa estar confundido hasta la inmovilidad. ¿Cómo podemos ser múltiples y coherentes a la vez? En The Protean Self, Robert Jay Lifton trata de resolver esta contradicción aparente. Empieza asumiendo que una visión unitaria del yo correspondía a una cultura tradicional con símbolos, instituciones y relaciones estables. Encuentra que la vieja noción unitaria ya no es viable porque la cultura tradicional se ha disuelto e identifica un conjunto de respuestas. Una es la insistenci dogmática en la unidad. Otra es el retorno a los sistemas de crrencia, como el fundamentalismo religioso, que refuerza la conformidad. Una tercera es abrazaar la idea de un yo fragmentado. Lifton dice que ésta es una opción peligrosa que puede conducir a una "falta de fluidez en el contenido y en la forma interna sostenible". Pero Lifton ve otra posibilidad, un saludable yo proteico. Es capaz, como Proteo, de transformaciones fluidas, pero está basado en la coherencia y en una perspectiva moral. Es múltiple pero integrado. Puedes tener un sentido del yo sin ser un yo único.

El lenguaje de Lifton es teórico. Las experiencias en los MUD, en el WELL, en los paneles de anuncios locales, en los servicios comerciales en red, y en WWW llevan su teoría a la realidad. En la red, el idioma para construir un identidad de "hogar" es configurar una home page de objetos virtuales correspondientes a nuestros intereses. (...). Como los agentes en la IA emergente, la identidad de cada uno emerge de lo que uno sabe, de sus asociaciones y conexiones.

(...)

p. 326 - 327

A través de los yos fragmentados que presentan los pacientes y de las teorías que plantean el sujeto descentrado, la psicologia contemporánea se enfrenta a lo que se ha quedado fuera de las teorías del yo unitario. En la actualidad la piscología se debe preguntar: ¿qué es el yo cuando funciona como sociedad? ¿Qué es el yo cuando divide sus funciones entre sus "alteridades" constituyentes?

(...)

Reflexió: I la identitat corporativa no s'hauria de fer les mateixes preguntes, sobretot les empreses que cooperen en xarxa?

dilluns, de juliol 02, 2007

Luces y sombras de la Web Semántica - eWEEK

Luces y sombras de la Web Semántica - eWEEK

Interessant article sobre la Web Semàntica amb entrevista a Tim Berners-Lee i Eric Miller. Important veure la trajectòria d'implantació i els obstacles detectats d'adopció com per exemple:

(...)

"Otro problema al que se enfrenta la Web semántica es el de la publicidad engañosa. Actualmente, la Web Semántica está de moda entre los proveedores. Incluso algunos utilizan términos como "Web 3.0" para promocionar sus productos y tecnologías. Lo que suele pasar con este tipo de promociones es que los proveedores alardean de disponer de productos dotados de esta tecnología aunque, en realidad, no es exactamente así. Web 3.0

Este tipo de promociones tienen el efecto de impedir o ralentizar el progreso de la tecnología porque sólo sirven para confundir a los clientes y desarrolladores. Según Berners-Lee, sólo hay que hacer un test para comprobar si el producto está dotado o no de tecnología semántica: fíjese en los estándares que soporta. Si la herramienta no soporta los estándares RDF, OWL o SPARQL, no es semántica.

Sin embargo, para algunos observadores, el mayor problema de la WS no son la seguridad, la publicidad engañosa o los estándares, sino la avaricia. Uno de los argumentos que dan los detractores de esta tecnología es que los negocios no van a aceptar el acceso gratuito a los datos corporativos y señalan que continuarán desarrollando formatos propietarios para evitar este tipo de acceso."


(...)